Un controlador de entrega de aplicaciones (ADC) se encargará de gestionar y dirigir el flujo de datos entre las conexiones de clientes y aplicaciones web propietarias. Sirven como un punto único de control que determinan las necesidades de seguridad de una aplicación, proporcionan la autenticación, autorización y conteo de registros. Por lo que los ADCs se colocan normalmente detrás del firewall y delante de los servidores de aplicaciones. Utilizan técnicas como la compresión y el almacenamiento en caché para llevar a cabo la optimización y acelerar el rendimiento de las aplicaciones entregadas a través de una red WAN.